La singular ubicación del Rita-Belvedere permite a nuestros
clientes disfrutar de las ventajas de un centro urbano, sin tener
que soportar sus inconvenientes. Estarán alojados en el casco
antiguo, a cinco minutos de la zona comercial, pero ajenos a su bullicio.
Como en cada uno de nuestros pueblos, la Historia a dejado sus huellas
en el perímetro más antiguo de la capital de la Cerdaña.
Ante todo, quédense intra-muros. Deambulando por nuestras calles,
descubrirán los lugares y monumentos testigos de una larga
aventura humana iniciada en 1177, año en que el rey Alfonso
I el Casto fundó la Villa.
Insistimos: hagan este pequeño viaje a través del tiempo,
que les ayudará a conocernos mejor.
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Luego, miren hacia el horizonte desde el campanario de la Plaza
Santa Maria, y den rienda suelta a su bienandanza: son muchas
las posibilidades de excursiones por toda la geografía
de este territorio, que el académico francés Louis
Bertrand no dudó en comparar con la Fócida griega.
Olvidadas escasas inelegancias resultantes del afán de
construcción, la mayoría de los paísajes
han preservado su armonía y su majestad.
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Momento único entre todos, el mediodía de la primavera
ve triunfar la esplendente belleza del mosaico formado por las múltiples
matices del verde ceretano. En la Sierra del Cadí, al iniciar
el sol su despedida, la retama, adorno de la roca, dora aquellos picos
vueltos a encender por el poniente. Una corona de oro domina, fastuosa,
la esmeralda circundante. Es entonces cuando afortunados paseantes
tienen el privilegio de admirar el cuadro en vivo de un pintor lleno
de talento. Su imaginación toma el vuelo, y añaden un
toque personal a un escenario que les transciende: ¿visión
fugaz del Monte Parnas universal, o búsqueda del absoluto?
Hay cosas que no se pueden expresar, como la beatitud que uno alcanza
al contemplar el atardecer del valle ceretano, o su místico
amanecer. Quizás se trate de la manifestación de Ágape,
conocido por todos los lectores de Paulo Coelho como el amor total
( El Peregrino )…
Altiplano envuelto de montañas, lagos inmemoriales ,bosques
majestuosos, fauna y flora específicas, eternos y encantadores
barrios antiguos de los pueblos, escondidas fuentes, aguas termales
de la época romana, capillas románicas de gran valor
artístico, trenes andinos superando pirenaicas quebradas constituyen
– entre otras cosas – la herencia de nuestros antepasados,
al mismo tiempo que revelan el alma de la Cerdaña de siempre.
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